Las cartas están sobre la mesa y el juego comenzó. Ya sabemos que desde hace un lustro, Chile busca un destino esquivo y hoy el timón va hacia otra dirección. Para algunos significa esperanza y progreso; para otros, temor e incertidumbre. Así son los procesos, así son las búsquedas. Sobre todo, en sociedades en crisis de identidad como la nuestra.
Por Ignacio Paz Palma. Periodista.
En ese contexto, invito a que esa crisis la entendamos como una señal para una futura unidad, donde los vencedores sean humildes y los perdedores tengan la fortaleza para entender la derrota.
Chile apunta a cambios importantes, buenos o malos, eso no lo sabemos. Pero Hoy, que nos paramos en este umbral de cambios, es una buena oportunidad para buscar la sabiduría y la fortaleza necesaria que nos permita estar atentos al desarrollo de los acontecimientos, porque si no cuidamos lo que se ha construido, esto podría descontrolarse en un abrir y cerrar de ojos.
Es fundamental aumentar esfuerzos por convertir esa tensión e incertidumbre que existe en lo político, para avanzar hacia una sociedad que se mire a los ojos y acepte las diferencias, porque al final del día es la única manera de construir cimientos sólidos y sabios para encontrar las soluciones que se requieren como país.
Mientras tanto, acá el diputado Gaspar Rivas hace gala de su espíritu antidemocrático al proponer darle atribuciones especiales al presidente de la República para que disuelva el congreso en situaciones especiales, atentando ante todo límite democrático aceptable.
Sin embargo, ya vemos ciertas señales que son preocupantes: el presidente electo con Milei junto a su motosierra y la insinuación de que el ministro de Economía de Argentina podría ser el próximo titular de esa misma cartera en Chile. Ya sabemos el descalabro social que viven los vecinos. Allá el pueblo sufre en demasía y calla y no sale a la calle, porque es un pueblo que tiene miedo.
Mientras tanto, acá el diputado Gaspar Rivas hace gala de su espíritu antidemocrático al proponer darle atribuciones especiales al presidente de la República para que disuelva el congreso en situaciones especiales, atentando ante todo límite democrático aceptable.
Ojo, ya lo anuncié en este mismo espacio antes de las elecciones. Finalmente elegimos a los autoritarios bajo las reglas de la democracia y si como ciudadanos nos quedamos dormidos, tarde o temprano caerá sobre nosotros esa motosierra que tan sonriente mostraron Milei y Kast y ahí no habrá espacio para reclamar, porque esa motosierra no le cae a la clase dominante, le cae al pueblo, a los mismos que lo votaron.
En este momento deseo de todo corazón, que seamos capaces de reflexionar y que trabajemos en la búsqueda incesante de acuerdos sociales que nos conduzcan hacia el camino de la tolerancia, donde prime la razón y se viva en fraternidad. Porque en caso contrario, Chile retrocederá tres décadas y media a manos de fanáticos carentes de ideas y argumentos para sustentar un plan de gobierno serio y responsable.

