Garantizar que los lectores tengan acceso a información de calidad y veraz, donde los ejercicios de interpretación sean fundamentados y se entienda que el derecho a la comunicación es un Derecho Humano, es una labor de todos, pero vaya que se hace difícil cuando no todos reman para el mismo lado.
Ya no vamos a reclamar contra los medios que se convierten en un brazo más del poder político y económico, como se ha visto estos años en que el país pasa como una montaña rusa entre la efervescencia social hasta la apatía política y donde la información y la comunicación toma una relevancia suprema para modificar los estados de ánimo del respetable.
Hace rato que los grandes medios de comunicación se sacaron la máscara para convertirse en actores políticos y militantes de la no democracia. Lo vimos los meses previos al 4 de septiembre siendo feroces críticos de la convención, sin embargo, fueron solo testigos visuales del indigno espectáculo ofrecido por los parlamentarios durante la segunda mitad del año, sin emitir mayores comentarios sobre el show circense, dejando que pase como algo “normal”, carente de análisis y contexto.
¿Qué habría sido de nosotros estos últimos tres años sin los medios independientes? Esos pequeños héroes que salieron a la calle con pocos recursos, abrieron los espacios de reflexión y entregaron veracidad a lo que estaba pasando. No basta solo con informar si no se motiva la reflexión y se abren los ojos para que no suceda el bochorno del 4 de septiembre y menos se repitan los resultados de las encuestas que muestran un claro desinterés y desinformación por el proceso constitucional, de no atinar vamos a despertar de este mal sueño cuando metamos la mano a la bacinica.
Periodista.
ignacio.paz@periodicolacalle.cl