La cultura coreana está inserta en Chile debido a la influencia de las redes sociales y la pasión de fanáticos por lo relacionado con Corea del Sur. “Intentamos mantener nuestras costumbres y adaptarnos a la vida chilena. Los chilenos nos aceptan y disfrutan de nuestra cultura,” explica Seo Hee, residente coreana.
Por Natalia Hess Canales.
Andiechan, una influencer chilena que ha incorporado elementos de la cultura coreana en su contenido, muestra cómo las redes sociales han jugado un papel clave en la difusión de esta cultura. “Incorporo aspectos de la cultura coreana en casi todos mis videos, desde la música K-pop que uso de fondo, hasta la moda, los productos de cuidado de la piel, y el estilo de vida en general”, comenta.
Para ella, lo esencial es adaptar lo que la inspira de Corea en su vida diaria y compartirlo con sus seguidores. Más allá de las tendencias, para la creadora de contenido se trata de adoptar lo positivo de la cultura coreana y compartirlo con sus followers. “Es una mezcla entre compartir lo que me gusta y adaptarlo a mi día a día”, añade.
“Los influencers son fundamentales para popularizar la cultura c
oreana en Chile”, comenta Andiechan, destacando que ella y quienes difunden esta tendencia en redes sociales se convierten en puentes entre ambas culturas. Subraya que la visibilidad que otorgan es clave para generar interés y formar comunidades más conectadas.
Al igual que Andiechan, Claudio Fuenzalida, un fanático de la cultura asiática, vive diariamente incorporándola en su vida diaria. “El K-pop es lo que me atrapó al principio, pero luego comencé a interesarme más por la comida y otras cosas que veía en redes sociales”, comenta. Para él, la música es solo la puerta de entrada a una cultura que combina géneros de forma única y lo ha llevado a explorar nuevas experiencias.
Intercambio cultural
Desde el otro lado de esta conexión intercultural, los coreanos que han hecho de Chile su hogar también observan con admiración el interés de los chilenos por su cultura.
Seo Hee, una residente coreana en Santiago, comenta que “los coreanos intentamos mantener nuestra cultura, pero también nos adaptamos a la vida chilena. A su vez, los chilenos no solo nos aceptan, sino que han comenzado a disfrutar de nuestra cultura”. Para ella la clave está en la armonía, un valor fundamental en la cultura coreana que guía tanto las relaciones personales como el diseño de los espacios.
La armonía es también lo que ha permitido que los elementos de la cultura coreana se integren de forma natural en la vida de muchos chilenos, sin sentirse forzados. Fernanda Ramírez, creadora de contenido para redes sociales, ha incorporado prácticas cotidianas como el uso de zapatos distintos dentro de su casa y el cuidado del hogar, inspirada por la meticulosidad que observa en la cultura coreana.
Además, añade que, aunque los medios chilenos han comenzado a incluir más contenido coreano, todavía hay una falta de profundización. “El enfoque sigue siendo superficial en muchos casos, centrándose solo en el K-pop o en el público joven, cuando en realidad hay mucho más que ofrecer, como la gastronomía o las tradiciones culturales”.
Seo Hee, comenta que “los coreanos intentamos mantener nuestra cultura, pero también nos adaptamos a la vida chilena. A su vez, los chilenos no solo nos aceptan, sino que han comenzado a disfrutar de nuestra cultura”.
El éxito de la cultura coreana en Chile existe en gran parte al impacto de los K-Dramas y el K-pop, que han cautivado a generaciones enteras. Claudio es uno de los muchos jóvenes chilenos que encontraron en el K-pop una nueva forma de conectarse con el mundo. “Es una mezcla de géneros que no encuentro en ningún otro lugar”, explica destacando la diversidad musical que caracteriza al género. Paula Barahona, en cambio, menciona que los K-Dramas no solo la entretienen, sino que la motivaron a estudiar coreano y a conocer más sobre la historia de Corea del Sur.
Seo Hee percibe este interés como algo positivo, pero advierte sobre el riesgo de perder el equilibrio en esta relación cultural. “Es motivo de orgullo que los chilenos disfruten de nuestra cultura, pero debemos mantener siempre la armonía. Si imponemos demasiado nuestra cultura sin considerar las demás, corremos el riesgo de crear rechazo”, reflexiona.
Por otro lado, Cha Hyesong, profesora nativa de coreano, coincide que la percepción de los chilenos sobre Corea comenzó con el K-pop y el K-drama, abriendo puertas para que las personas de Chile experimenten indirectamente la lengua y la cultura coreana. ”Esto crea una imagen positiva de Corea y del pueblo coreano, creando una sensación de familiaridad. Estos son los fundamentos que llevan a utilizar pasivamente restaurantes o supermercados coreanos y a estudiar el idioma activamente, además de viajar o estudiar en Corea”, expresa.
Este punto de vista concuerda con Paula, quien descubrió el mundo coreano desde pequeña a través de los K-Dramas, y esa pasión la llevó a estudiar coreano. “El idioma me abrió muchas puertas tanto a nivel académico como laboral”, explica.
A medida que los lazos entre Chile y Corea del Sur siguen fortaleciéndose, el futuro parece prometedor para este intercambio cultural. Desde influencers que adoptan elementos coreanos en su vida diaria, hasta fanáticos que exploran nuevas facetas de esta cultura, y coreanos que se sienten acogidos por una sociedad que valora la diversidad, el impacto de Corea en Chile sigue en crecimiento.
Seo Hee y Cha Hyesong coinciden en que la clave para el futuro es seguir cultivando el respeto mutuo entre ambas culturas. “Lo que hemos logrado hasta ahora es un ejemplo de cómo dos culturas tan diferentes pueden complementarse de manera armoniosa”, concluye Seo Hee.