Mujeres que se abren paso en el duro camino del rock

Mujeres que se abren paso en el duro camino del rock

A pesar de existir una mayor participación femenina en la escena, se le otorgan las labores más significativas a los hombres, existiendo una alta valoración y reconocimiento para ellos: no existe mayor equidad ni igualdad en cuanto al género.

 

El rock y el heavy metal, son géneros que la gran mayoría de sus seguidores disfrutan mucho. Las diferencias sociales y culturales no importan ya que están adaptados para que todos puedan vibrar y logren sentirse apasionados por sus bandas favoritas.

Cinthia Santibáñez – Crisálida.

Sin embargo, en la práctica, estos son ambientes competitivos en los cuales los hombres predominan y son los principales involucrados en cada una de sus partes. Pero las mujeres quieren darse a conocer y buscan demostrar que son y pueden ser parte importante de todo el ambiente musical.

Según un estudio entregado por el Observatorio Cultural del Ministerio de las Culturas en el año 2020, al ambiente se le considera como una esfera altamente competitiva donde los hombres tienen más facilidad para poder navegar dentro de esta. Sin embargo, según este informe, las mujeres se han desarrollado en distintos ámbitos como lo son el dominio técnico (escenarios y producción), la interpretación (participantes en agrupaciones tanto como cantante o instrumentista), y en el área académica (educadoras o “coach”).

A pesar de existir una mayor participación femenina en la escena, tal como se explica en esta investigación, sigue existiendo una distribución específica de tareas para cada género. En cuanto a esto, se le otorgan las labores más significativas a los hombres, existiendo mayor valoración y reconocimiento para ellos: no existe mayor equidad ni igualdad en cuanto al género.

Para Cinthia Santibáñez, vocalista y “frontwomen”  de la banda de rock Crisálida, ha habido un cambio drástico y positivo sobre la presencia de la mujer en la música chilena desde el estallido social del año 2019: “Me siento muy contenta al ser parte de este cambio porque la industria, tanto a cantantes como a instrumentistas, nos tenían de lado”, explica.

Santibáñez, agrega que “la labor de una mujer en la música según los estereotipos es mayoritariamente como cantante dejando de lado a quienes practican un instrumento, esto es algo que ha ido cambiando mucho y ha ido mejorando”. Además considera, y se encuentra feliz al mencionarlo, que el escenario actual de la música es muy optimista, ya que ve que a las mujeres cada vez se les da mayor protagonismo en este.

Tay Martínez – productora.

Por otro lado la productora y publicista Tay Martínez, encargada del “managment” de algunas bandas y también de la difusión de estas, expresa que existe una falta de espacios para las mujeres dentro del área de la producción, ya que esta se encuentra “tomada” por los hombres. Enfatiza que “las mujeres hemos demostrado que podemos realizar estas actividades, pero aún no logramos tener paridad dentro del trabajo. Socialmente la industria musical se construyó de tal manera para que los hombres la lideren”.

También considera que el ambiente musical chileno es machista: “Las primeras productoras, hasta los primeros shows en Chile fueron realizados por hombres. Como eran grandes negocios y empresas, nunca hubo mujeres insertas”, recuerda. Según Martínez “aquí es donde comienza todo el tema del machismo en la música. Se podría decir que cómo esto está lleno de cables y no de flores, las mujeres no entenderán de que se trata el trabajo”.

María José Calderón es profesora de canto y “coach” vocal. Es considerada parte de la escena de la música metalera, educa y también enseña distorsiones vocales: un estilo de canto característico del rock y el metal.

Refiriéndose al machismo dentro del ambiente, Calderón enfatiza que las mujeres siempre han estado ligadas a la música y que existen ciertos estereotipos referentes a ellas. “Aún existen señales machistas en la música como el hecho de que la mujer tiene que ser bonita o también el hecho de cuestionar a la interprete por su calidad musical”. También indica que se critica la maternidad, catalogando a la mujer como irresponsable por no estar siempre con sus hijos al participar de la música: existe una gran lucha de estereotipos. 

 

“Udara”: Mujeres y Rock

“Udara” es un colectivo protagonizado por mujeres que no solo pertenecen a bandas, sino que también incluye a fotógrafas, periodistas, sonidistas, productoras, entre otras. Este colectivo, según su propia visión, busca hacer visible el trabajo del género femenino en la industria de la música a través de festivales y actividades donde compartir experiencias del rock y metal.

María José Calderón, integrante de las bandas Aurora Voraz, Wewain y Litraea”.

Cinthia Santibáñez se refiere a “Udara” como una organización que ha hecho grandes trabajos para las mujeres: “Logran difundirlas de manera muy profesional y que a pesar de las adversidades siguen trabajando”. Agrega que son sumamente pocos los organismos que ayudan al género femenino en torno a la escena musical. Sin embargo, los que existen son sumamente potentes.

María José Calderón, que además es profesora de inglés,  integra el equipo de “Udara”, ahí lidera múltiples talleres donde las interesadas participan y aprenden sobre distorsiones vocales. Respecto a estas instancias, “Udara pretende ser escuela e influencia para otras mujeres, entregando espacios de aprendizaje musical, tanto instrumentista como de destrezas para desempeñarse en la industria”. La cantante indica también que son muchas las mujeres que temen ser parte de esto ya que saben que podrían llegar a ser juzgadas en la escena. Esta sería la razón por lo cual se generan este tipo de espacios.

 

 

 

 

Por: Javier Castillo Messenger.

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