Chile comienza un nuevo camino, hay esperanzas de una reconstrucción social a partir de una carta magna que, como ya se sabe, será redactada por una variopinta representación civil, en ese contexto nacen nuevas obligaciones también para el periodismo.
La esencia de este oficio es garantizar que la comunidad tenga acceso a información de calidad y veraz, donde el ejercicio profesional se entienda desde la premisa que el derecho a la comunicación es un Derecho Humano. Así lo comprendemos acá.
Ahora más que nunca el país se merece un trabajo periodístico comprometido con la ciudadanía, que deje en el pasado esa construcción mediática servil con el poder político y económico, que finalmente terminó por corroer su credibilidad a la par con la podredumbre de las instituciones.
Vemos a distintos medios de comunicación tradicionales dando tumbos, con una actitud sumisa ante el amo que los acaricia. Negaron referirse a las violaciones de DD.HH durante buena parte del estallido y hoy continúan en un espiral de información banal, levantando información y actores irrelevantes para las exigencias y necesidades que la comunidad impuso de manera clara y contundente en el mes de mayo. Por supuesto que existen honrosas excepciones que han sufrido el intento de silenciar a través de burdas intervenciones gubernamentales, pero siguen adelante con pie firme.
Es el momento en que el periodismo independiente se consolide desde la vereda del pluralismo y asuma los desafíos que se levantan en tiempos de cambios donde los procesos sociales son altamente complejos. Es ahí donde nos queremos ubicar, con una posición clara frente a los acontecimientos para entregar una interpretación y mirada reflexiva que permita comprender las trasformaciones y demandas actuales.
Periodista.
ignacio.paz@periodicolacalle.cl