Álvaro Olguín, cientísta político: “Si en Chile tenemos un pasado que no nos une, lo importante es buscar un futuro que sí lo haga”

Álvaro Olguín, cientísta político: “Si en Chile tenemos un pasado que no nos une, lo importante es buscar un futuro que sí lo haga”

El interés político en Chile es de un 4,4%, contra un 52,5% de desinterés. Eso, según una encuesta de la Universidad Diego Portales (UDP). En tanto, el estallido social y la conmemoración de los 50 años son motivo de división en una sociedad donde los intereses individuales predominan sobre el colectivo.

 

Por: Camila Ortiz.

 

El cientista político y periodista de la Universidad Gabriela Mistral, Álvaro Olguín, analiza cómo la posición política durante décadas ha dividido al país por el peso histórico que aún repercute. Además, habla sobre qué sería necesario para un posible acuerdo entre ambos sectores y de esta manera “cicatrizar la herida, pero con el recuerdo de lo que sucedió”.

En el contexto de los 50 años del Golpe de Estado, el ex mandatario Sebastián Piñera firmó un acuerdo presentado por el presidente Gabriel Boric que prioriza la democracia y los derechos humanos, ¿Se puede considerar como una manera de avanzar en la reconciliación política?

 

En Chile existe una polarización tremenda y yo creo que es mucho más grande que la que existe en otros países, no solo de Latinoamérica, sino que del mundo. La polarización no solo ha sido con el 11 de septiembre y todo lo que vino en los 17 años después, incluso lo que venía desde antes de 1973. Mucha gente no vivió eso, que son los más jóvenes, pero vivieron el Estallido social del 2019 que también produjo este efecto. Muchos dicen que fue un estallido así nomás, pero la interpretación mía y la de muchas personas, es que fue un intento de golpe de Estado, fallido porque falló por la pandemia, pero lo que en el fondo querían era derrocar a Sebastián Piñera.

Respecto al acuerdo del presidente Boric y el ex presidente Piñera, yo creo que siempre es básico reconocer la importancia de los derechos humanos y tratar de no violarlos. Pero también tienes que entender que hay gente que considera que hay grupos armados, terroristas, cosas así y también pueden tener su postura. Entonces, como te digo, en política lo importante es tratar de entender mantener el respeto por los derechos humanos, sobre todo de quienes son inocentes, tratar de decir “yo pienso de una forma, pero no soy el dueño absoluto de la verdad”.

 

 

…con el estallido social, del 2019 mucha gente cambió su visión al ver la violencia desatada, los violentistas que estaban quemando iglesias, saqueando tiendas, lanzando molotov a Carabineros y todo eso, hizo que la gente cambiara su forma de ver las cosas y empezaran a apreciar mucho más la mano dura, aunque pueda parecer un poco crudo decirlo.

 

 

 

Hay una negación por parte de la derecha a pactar con una izquierda que también está tensa y hay proyectos tomados como “amenazas” o “provocaciones”. Un claro ejemplo es el posible cierre de la cárcel de Punta Peuco. ¿De qué manera se puede traducir esta iniciativa por parte del Gobierno actual?

 

Ese es uno de los temas más peliagudos de la política chilena porque, si bien las personas que están ahí están presas por causas que ya fueron delimitadas por la justicia, hay algunas personas ahí que están con problemas de salud grave.

Te pongo el ejemplo de Nelson Mandela, que es uno de los personajes políticos más importantes del siglo XX y la importancia de él radica justamente en que, cuando estuvo en el poder y pudo secar en la cárcel a sus enemigos que lo metieron preso y que incluso lo torturaron, no lo hizo, los perdonó. Yo creo que a veces eso le falta a la izquierda chilena, decir “no los vamos a liberar, pero dejaremos de amenazar con cerrar Punta Peuco”.

 

Según encuesta de Pulso Ciudadano, habría un 43% en el país que justificaría un Golpe de Estado “dependiendo de las circunstancias”, ¿es peligroso que la sociedad normalice tan a la ligera una intervención a la democracia?

 

Si esa misma encuesta se hubiera hecho hace 10 años atrás, probablemente el resultado hubiera sido totalmente distinto. Lo que sucede es que con el estallido social, del 2019 mucha gente cambió su visión al ver la violencia desatada, los violentistas que estaban quemando iglesias, saqueando tiendas, lanzando molotov a Carabineros y todo eso, hizo que la gente cambiara su forma de ver las cosas y empezaran a apreciar mucho más la mano dura, aunque pueda parecer un poco crudo decirlo.

Probablemente si ahora se hace una encuesta sobre lo que la gente hubiera deseado en ese momento y se les pregunta sobre una intervención de los militares el 2019, yo creo que mucha gente, un porcentaje cercano al que nombras, quizá diría que sí. También está el tema de la delincuencia. Por ejemplo, el régimen militar trajo violaciones a los derechos humanos, pero si algo tenía, era que a los delincuentes se les trataba con mano dura.

 

Estos últimos años hemos notado que Chile no tiene una definición política concreta, ya sea de izquierda o derecha, ¿se puede inferir que una posición desplaza a otra dependiendo de los rostros que lo lideren?

 

Históricamente siempre se hablaba de los tres tercios, uno de izquierda, derecha y centro. Después pasó a ser un tercio de izquierda, centro derecha y centro izquierda, entonces en este caso el sector de la izquierda tenía más apoyo y eso pasó en la época de la concertación, hasta el gobierno de Michelle Bachellet. Actualmente es más o menos parejo, pero el fenómeno que se da hoy en día es que principalmente los sectores más polarizados se están tragando al centro, cada vez tienden a ser menos. Mientras que, con respecto a los líderes, hay líderes carismáticos en ambos sectores; Kast por parte de la derecha, Giorgio Jackson lo fue por mucho tiempo por parte de la izquierda, Camila Vallejo y el mismo presidente Boric.

 

El hablar de la dictadura de Pinochet, después de 34 años desde su término, ¿Considera que realmente divide al país como la oposición afirma?

 

Definitivamente, porque hay encuestas que indican que 1 de cada 3 chilenos tienen una imagen positiva de Pinochet, mientras que 2 de cada 3 tienen una imagen muy negativa, así que en el fondo no hay término medio ni neutro. Es cosa de escuchar cualquier diálogo, meterse a Twitter y ver que es un tema que sí divide a la gente.

Si en Chile tenemos un pasado que no nos une como país, yo creo que lo importante es buscar un futuro que sí lo haga, o sea, a los políticos los veo muy entrampados en discusiones de hace 40 o 50 años atrás y que son vagas porque en el fondo no hay un punto de acuerdo. La derecha tiene su postura al decir que la izquierda nunca ha hecho un mea culpa al respecto de todo lo que pasó en Chile y la izquierda dice que todo fue culpa de los militares. No es que tengan un punto en común, no hay punto en común.

 

¿Qué considera apropiado para evitar que esta división política siga extendiéndose? Teniendo en cuenta que un sector pide cerrar la etapa de dictadura olvidando y el otro invita a colaborar para entregar todas las respuestas posibles.  

 

En Chile las fuerzas políticas tienen que entender que el pasado hay muchas cosas que no nos unen, lo importante es que la gente y políticos vean que en la historia hay hechos objetivos, pero la interpretación siempre depende de cada persona, de sus valores, de sus principios, del concepto que tienen como país, del respeto por el prójimo, de distintas cosas. En el fondo hay que entender que el que está al frente puede pensar totalmente opuesto, pero nadie es el dueño absoluto de la verdad, ese es el punto, tratar de construir hacia adelante y no mirando tanto hacia atrás porque ni siquiera hay un punto intermedio, la derecha dice una cosa y la izquierda dice otra cosa diametralmente opuesta, no hay punto de contacto, entonces si no nos une el pasado, tratar de que nos una el presente.

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