El baúl de pandora empresarial y político

El baúl de pandora empresarial y político Imagen creada con I.A

En el laberinto empresarial chileno, el caso de Luis Hermosilla ha sido recurrente en los medios, evocando una moderna “Caja de Pandora”. Su ambición desmedida, reflejada en audios, ha desatado un verdadero escándalo. Este abogado y su firma han expuesto un sistema de corrupción similar a una mitología digna de calamidades.

 

Por: Fabián Hernández Mora.

 

Este abogado y su firma han expuesto un sistema de corrupción, similar a la mitología donde la curiosidad desata calamidades. Esto daña su reputación y revela un entorno empresarial que amenaza la confianza pública.

El problema radica en que ya no se trata de una simple caja: es un baúl tan vasto que podría superar, por ejemplo, la magnitud del caso Penta o SQM.

Hermosilla, imputado por soborno, delitos tributarios y lavado de activos, no está solo. La política, justicia, fiscalía, policías, medios y negocios se entrelazan en su relación con el poder empresarial.

Este desorden, lejos de ser aislado, refleja una cultura empresarial que permite que el poder y la riqueza se fusionen en una danza peligrosa.

Alberto Precht, abogado, comenta en CIPER que “mientras debatimos sobre el encuadre en tipos penales para calcular penas y medidas cautelares, al país se le hace creer que todo cambia, pero para que nada cambie”.

¿Qué cambiará en el campo de acción de los grandes empresarios?

Escuché a un abogado experto y deduje que es urgente fortalecer la vigilancia sobre las prácticas comerciales. Él enfatizó la necesidad de un marco normativo fuerte con sanciones severas para quienes pongan en riesgo la integridad de nuestras instituciones, pero no con clases de ética.

 

 

El impacto de este escándalo trasciende las instituciones; afecta la confianza pública en un país donde la injusticia se agudiza y la población muestra agresividad. Esto no es una emboscada, como decía Juan Pablo Hermosilla, hermano y abogado defensor de Luis.

Este caso muestra que la corrupción es un fenómeno sistémico que necesita un enfoque colectivo. La sociedad civil, universidades, sector privado y Estado deben unirse en esta lucha, creando un entorno donde la ética y la transparencia sean pilares.

 

Este baúl evoluciona y cuestiona a los empresarios. El jurista sugiere un registro público de lobbies para identificar a quienes intentan influir en decisiones políticas, como primer paso para restaurar la confianza pública.

Sin embargo, hay otro problema: a pesar de la Ley de Lobby, el caso Hermosilla ilustra cómo su ejecución puede llevar a la corrupción y abuso de poder.

El experto critica la ley por su ineficacia en detectar conflictos de interés y permitir que las empresas influyan en decisiones políticas. Un ejemplo es el abogado, que, por sus conexiones, operó en un entorno poco transparente y sin rendición de cuentas.

Marco Moreno, Director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, menciona que “las democracias no pueden funcionar con tantos niveles de desconfianza como los actuales”.

El impacto de este escándalo trasciende las instituciones; afecta la confianza pública en un país donde la injusticia se agudiza y la población muestra agresividad.

Esto no es una emboscada, como decía Juan Pablo Hermosilla, hermano y abogado defensor de Luis.

Este caso muestra que la corrupción es un fenómeno sistémico que necesita un enfoque colectivo. La sociedad civil, universidades, sector privado y Estado deben unirse en esta lucha, creando un entorno donde la ética y la transparencia sean pilares.

Como en la mitología griega, enfrentemos el monstruo de la corrupción con coraje y determinación.

La situación de Hermosilla no debe verse solo como un escándalo, sino como una oportunidad de cambio. No podemos permitir que la corrupción defina cómo hacemos negocios en Chile.

La historia de este caso, que sigue revelando nombres de actores políticos a la espera de los chats del abogado, no debe ser un oscuro capítulo, sino el inicio de un cambio profundo en el sistema.

¿Qué nos queda? como dijo el ex Fiscal Carlos Gajardo, es crucial “una ciudadanía vigilante y una prensa que haga su trabajo”.

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