La movilización estudiantil de la USACH frente al poder político

La movilización estudiantil de la USACH frente al poder político

Una vez más el cuerpo estudiantil universitario en Chile lidera una lucha contra aquellos que buscan defender el status quo. Y es que, tras las cuestionables decisiones de la dirección de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), respecto a la entrega de información solicitada por unos diputados del partido Republicano, los alumnos decidieron organizarse, paralizar el semestre y tomarse las dependencias del establecimiento para exigir la renuncia del Rector Juan Manuel Zolezzi.

El 6 de agosto, la USACH entregó los datos solicitados por dos parlamentarios del oficialismo, que consistían en información relacionada con cursos y asignaturas impartidas con ejes temáticos como el feminismo, sexualidad y la mal mencionada “ideología de género”. Cabe destacar, que la Universidad de Santiago fue la única de las entidades universitarias estatales que acogió la petición y cumplió con lo solicitado, exponiendo públicamente la información y amparándose en la ley de transparencia, aún cuando la solicitud no se hizo mediante tal ley.

Por otro lado, hay que considerar que este proceso nunca fue informado por la misma Universidad de Santiago hacia la comunidad universitaria, los estudiantes y docentes se enteraron por un comunicado emitido por una profesora de la Universidad de Chile respecto a la solicitud de esta información. En ese momento, la USACH intentó aclarar el asunto y emitir un informe para la comunidad de esa Casa de Estudios.

Para colmo, tal como mencionó Noemí Quintana, presidenta de la Federación de estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile (FEUSACH), se entregaron incluso nombres de estudiantes que participaban en estos cursos. Lo que demuestra una actitud servil del rector ante la clase política, que llegó a otorgar más información de la que se había solicitado.

 

 

“Creemos que es una amenaza y un entrometimiento del fascismo, muy por debajo, al que ahora hay que ponerle un pare. Si esto no lo paramos ahora, el día de mañana van a venir a pedir nombres de dirigentes y los van a entregar”.

(Noemí Quintana, presidenta de la Federación de estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile)

 

 

Esto no es grave solo por lo que implica que un rector de una universidad estatal de Chile se muestre tan diligente ante el sector político, también puede llegar a ser peligroso para aquellos estudiantes cuyos nombres fueron entregados y relacionados a temas que los conservadores rechazan.

No solo la FEUSACH, representante del cuerpo estudiantil, pide abiertamente la renuncia del rector de la universidad, sino que la Coordinación de Profesoras y Profesores por Horas de Clases (CooPHC) exige también la salida del vicerrector académico y la destitución del secretario general. De hecho, Bruno Jerardino, Coordinador de la CooPHC, los acusa derechamente de delatores.

El interés y las intenciones que pueden entreverse de esta solicitud, son la intromisión e incluso una especie de amedrentamiento a quienes sean partícipes de alguna manera en las temáticas nombradas. Al respecto, la presidenta de la FEUSACH planteó: “Creemos que es una amenaza y un entrometimiento del fascismo, muy por debajo, al que ahora hay que ponerle un pare. Si esto no lo paramos ahora, el día de mañana van a venir a pedir nombres de dirigentes y los van a entregar”.

Las situaciones de este tipo no son una excepción, ni casos puntuales, son parte de una lógica autoritaria que se ha implantado en varias universidades del país y específicamente dentro de la USACH. El coordinador de la CooPHC, es tajante al respecto y declaró que interpreta esta situación como el síntoma de una élite corrupta dentro de la universidad, que se preocupa más de sus propios negocios que del bien común.

En la misma línea señaló: “A mí no me llama la atención que adopten este tipo de conductas, porque cuando a ti te preocupa lo tuyo y solamente lo individual, esa es la actitud que hay. A mí me habría llamado la atención -dice entre risas-, si el rector hubiera llamado a la comunidad universitaria solicitando opiniones sobre cómo responder o si hay que responder, pero lo que hizo es propio de su práctica”.

El jueves 18 de noviembre renunció el secretario general de la Universidad de Santiago de Chile, Gustavo Robles. Esto fue anunciado mediante un comunicado, con el objetivo de zanjar el asunto y demostrar que la dirección asumió su responsabilidad en lo ocurrido con los diputados.

El mismo día de la renuncia, la organización de la toma declaró que la toma se bajaría, pero que no iban a permitir más exposición ni persecución política, destacando que, a pesar de lo ocurrido, la dirección insistió en que buscarían a los responsables de la toma para sancionarlos, pero que ellos no lo permitirían.

En definitiva, la toma de la Universidad de Santiago de Chile pudo no ser el mejor camino, pero es la respuesta de un estudiantado descontento en defensa de actitudes que se debieron dejar atrás junto con la dictadura, si bien el rector Zolezzi se pronunció para pedir disculpas por la solicitud de los diputados, pero no respecto a sus decisiones. En pleno año 2021 se sigue hablando de “ideología de género” y se presiona a las universidades del Estado respecto a estos temas.

 

Por: Joaquín Díaz Reynaud.

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