Better call Luis

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Hace poco más de una semana se supo de la corruptela entre Sergio Muñoz, ex director de la Policía de Investigaciones (PDI) y Luis Hermosilla, el abogado y amigo de la elite política y empresarial. En el momento no sabíamos de los alcances que esos mensajes tendrían, aunque algo podíamos intuir.

Por: Ignacio Paz Palma

 

“Es el Napoleón del crimen, Watson. Es el organizador de la mitad de los hechos delictivos que tienen lugar en esta gran ciudad. Es un genio, un filósofo, un pensador abstracto. Tiene un cerebro de primera. Permanece inmóvil, como una araña en el centro de su tela, pero esta tiene mil hilos y los conoce perfectamente todos. Él no hace apenas nada. Solo planea. Pero sus agentes son muchos y están bien organizados”.

Lo anterior es un extracto de la novela El Problema Final de Arthur Conan Doyle, en una de las tantas historias de Sherlock Holmes, lo leí en el medio Interferencia.cl y vaya que calza bien en el relato que se escribe por estos días en esta franja de tierra, porque de verdad ¡la cosa se puso buena!

Hace poco más de una semana se supo de la corruptela entre Sergio Muñoz, ex director de la Policía de Investigaciones (PDI) y Luis Hermosilla, el abogado. En el momento no había claridad de los alcances que esos mensajes tendrían, aunque algo podíamos intuir.

 

Esos son los alcances del abogado sin escrúpulo, el que alguna vez defendió casos por violación a los derechos humanos en dictadura y sin miramientos representó años después a la familia de Jaime Guzmán, el ideólogo político del dictador.

 

 

Lo concreto, desde que empezó todo, es que hasta hoy Hermosilla manifestó la necesidad de sobornar a Impuestos Internos (SII) y a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y así obtener información privilegiada que les permita taponear la investigación del caso FACTOP, que afecta a la familia Sauer. Por su parte, con Muñoz, se intercambiaban mensajes donde el leguleyo le pedía información de ciertas investigaciones y el PDI se las daba.  Una jugada magistral para tomar ventaja en el partido.

Esos datos, que de manera tan servil y obediente facilitó el policía, permitieron por ejemplo, adelantarse en las pericias sobre el otro ex director de la PDI, Héctor Espinoza; el caso Minera Dominga, donde estaba involucrado el ex presidente Piñera, cuyo principal destino fue su primo y ministro del Interior, Andrés Chadwick; el caso Enjoy que también salpicaba al presidente empresario; además de investigaciones relacionadas con el alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba e indagaciones referidas al ex intendente de la Región Metropolitana, Felipe Guevara.

Ahí vamos hasta hoy. Esos son los alcances del abogado sin escrúpulo, el que por años se ha movido desde la defensa de casos por violación a los derechos humanos en dictadura y sin miramientos representó años después a la familia de Jaime Guzmán, el ideólogo político del dictador. Además, defendió a Claudio Spiniak por los escándalos de abusos sexuales que sacudieron a la elite a inicios de este siglo, más tarde, por los mismos motivos al cura O`Rielly. Otro de sus clientes fue Miguel Crispi, asesor del presidente Boric, en el caso convenio. El hombre no da puntada sin hilo, como una araña.

¿Qué viene ahora? Solo queda estar atento al desarrollo de este caso donde nuevamente la aristocracia criolla, empresarial y política, se ve envuelta en un escándalo de proporciones. Lamentablemente la historia nos muestra que sus miembros muy pocas veces cumplen las penas que merecen en estos ilícitos, sin embargo, es una buena oportunidad para torcer el destino, para que las instituciones encargadas de investigar e impartir justicia den un golpe a la cátedra. “Caiga quien caiga”, como dijo la ministra Vallejos.

Y ojo, que la red es muy amplia y difícilmente se quedará en un solo sector. Sin embargo, las dudas son legítimas, sobre todo ahora que se buscará una y otra vuelta de tuerca, como reptar en los rincones del Código Procesal Penal para ampararse en el secreto profesional, a pesar que el mismo gremio advirtió a Hermosilla que esa figura no protege a los abogados involucrados en delitos, pero triquiñuelas hay muchas y como dijo alguna vez Saul Goodman “Si estás los suficientemente comprometido, cualquier mentira puede funcionar”.

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